Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Macabeos 8, 28-36

28 Al acabar el sábado, dieron una parte del botín a los que habían
sufrido la persecución, así como a las viudas y huérfanos; ellos y sus hijos
se repartieron el resto.

29 Hecho esto, en rogativa pública rogaron al Señor misericordioso
que se reconciliara del todo con sus siervos.

30 En su combate con las tropas de Timoteo y Báquides, mataron a
éstos más de 20.000 hombres, se adueñaron por completo de altas fortalezas
y dividieron el inmenso botín en partes iguales, una para ellos y otra para
los que habían sufrido la persecución, los huérfanos y las viudas, así como
para los ancianos.

31 Con todo cuidado reunieron las armas capturadas en lugares
convenientes y llevaron a Jerusalén el resto de los despojos.

32 Mataron al filarca de la escolta de Timoteo, hombre muy impío
que había causado mucho pesar a los judíos.

33 Mientras celebraban la victoria en su patria, quemaron a los que
habían incendiado los portones sagrados, así como a Calístenes, que estaban
refugiados en una misma casita, y que recibieron así la merecida paga de su
impiedad.

34 Nicanor, tres veces criminal, que había traído a los mil
comerciantes para la venta de los judíos,

35 con el auxilio del Señor, quedó humillado por los mismos que él
despreciaba como los más viles; despojándose de sus galas, como un
fugitivo a campo través, buscando la soledad llegó hasta Antioquía con
mucha suerte, después del desastre de su ejército.

36 El que había pretendido saldar el tributo debido a los romanos con
la venta de los prisioneros de Jerusalén, proclamaba que los judíos tenían a
Alguien que les defendía, y que los judíos eran invulnerables por el hecho
de que seguían las leyes prescritas por Aquél.